Otoño en La Rioja
VINO Y SALUD:
Una copita de vino diaria, con la comida, es para muchos un añadido necesario para su rutina. Según detallan algunos expertos, esta acción es beneficiosa para nuestro organismo.
Los antioxidantes que contiene el vino le otorgan a esta bebida alcohólica un efecto cardioprotector, ayudando a prevenir patologías cardiovasculares, debido a que aumentan los niveles de colesterol bueno y protegen a nuestras arterias.Eso sí, la palabra moderación es clave para evitar daños irreparables en nuestro afán por mantener sano nuestro corazón.
Según la Asociación Americana del Corazón, hay numerosas investigaciones científicas que respaldan y dan solidez a la teoría de que el consumo moderado de alcohol se asocia a una disminución de muertes por enfermedades cardiacas. Los investigadores sugieren que el consumo de una copa de vino tinto al día, podría ayudar a prevenir ciertas enfermedades del corazón.
Estos beneficios del vino se deberían a la riqueza del mismo en flavonoides taninos y polifenoles, antioxidantes que lucharían contra los radicales libres.
Además otros estudios muestran que el resveratrol, otra sustancia presente en el vino, podría estar relacionado con un menor riesgo de inflamación y coagulación de la sangre, lo que tendría un efecto preventivo sobre el desarrollo de enfermedades cardiacas.
Se recomienda un consumo moderado de vino, este no debe sobrepasar la copa de vino al día, mejor con las comidas.
EL ALCOHOL DEL VINO ES MÁS SALUDABLE:
Los beneficios del vino para la salud están demostrados desde hace tiempo, hasta el punto de que los médicos suelen incluir una ingesta moderada de vinos dentro de una dieta equilibrada. Sin embargo, hasta qué punto los elementos del vino pueden ayudar a mantener la salud es algo que aún se sigue investigando. Son muchos los elementos distintos que componen el vino, y no todos se han investigado aún en profundidad.
De hecho, esta semana pasada un estudio científico del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (Cibreobn), amparado por el Insituto de Salud Carlos III, ha concluido que los efectos beneficiosos del vino a la hora de reducir la presión sanguínea y la inflación arterial y celular, no son sólo provocados por los «famosos» polifenoles del vino tinto, sino también por el etanol, el alcohol contenido en el vino.
El estudio surgió para tratar de comprender la llamada «paradoja francesa». Los franceses, a pesar de tener una dieta con más grasas saturadas, tienen menor incidencia de afecciones circulatorias y cardiacas, en contra de lo que debería ser normal. Una de las hipótesis que se barajaban era que un consumo de vino más alto (y por tanto, de los polifenoles contenidos en él), equilibraban la situación y disminuía el riesgo.
Para probar esta hipótesis, se estudió a una muestra de personas homogénea, dividiéndolas en 3 grupos:
- A los primeros se les pidió que no consumieran alcohol
- A los segundos que tomaran vino tinto de forma moderada
- Al último grupo se le recomendó el consumo moderado de ginebra
Para sorpresa de los médicos, el único grupo que no disminuía su riesgo cardiaco fue el que no consumió alcohol, mientras que los individuos que incluyeron la ginebra en su dieta mejoraban, aunque menos que los que consumieron vino.
Así, profundizando en el porqué de esta conclusión, se determinó que el efecto beneficioso que hasta ahora se había asociado a los polifenoles, son en realidad el conjunto de los efectos beneficiosos de estos polifenoles más el del etanol, algo que también tiene la ginebra, y que explicaba por qué los que consumieron ginebra también mejoraron en sus analíticas.
Por último, se consideró que los efectos beneficiosos del vino son especialmente apreciables cuando la ingesta es moderada (entre 1 y 3 copas al día), y siempre en el marco de una alimentación variada y saludable.
Sin duda, un incentivo más para comprar vino… Eso sí, recuerda que los polifenoles se encuentran fundamentalmente en el vino tinto.
Por: UVINUM
VIDEOS SOBRE LA ELABORACIÓN DEL VINO:
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